La Fibromialgia es una alteración crónica que se caracteriza por una presencia de dolor generalizado y persistente, suponiendo alrededor de 4,2% su frecuencia en mujeres de la población española, siendo más frecuente en individuos de mediana edad (entre los 50 años).
La FM es una alteración crónica caracterizada por la presencia de dolor generalizado, persistente y dolor a la presión y palpación en unas localizaciones anatómicas determinadas. Suele ser de causa desconocida, aunque existen hipótesis que sostienen que el origen es a nivel periférico, es decir, por alteraciones musculares y del sistema nervioso periférico, mientras que otros autores defienden que la alteración es a nivel central; sin embargo la mayoría de los autores coinciden en que la fisiopatología de esta enfermedad es multifactorial. Las características más destacadas de esta enfermedad son la persistencia del dolor difuso por más de 3 meses, la existencia de varios puntos con dolor excesivo durante la exploración y alguna sintomatología como la fatiga, las parestesias en las extremidades, cambios psicoemocionales como la depresión y la ansiedad, alteraciones cognitivas, rigidez articular, cefalea, alteraciones del sueño, sensación de tumefacción en las manos, alteración del sistema digestivo, empeoramiento de la calidad de vida de la persona y disautonomía.
Según la evidencia científica, entre los numerosos tratamientos de fisioterapia posibles, se ha observado gran eficacia aquellas en las que se centran en el ejercicio aeróbico, la masoterapia, la balneoterapia, la reprogramación neuromuscular y cardiovascular, la acupuntura, el movimiento corporal, la educación terapéutica del paciente, la expresión artística y las técnicas de relajación.
La relajación es una de las técnicas más utilizadas para el manejo del estrés, la ansiedad, entre otros. Estas técnicas tienen numerosos beneficios fisiológicos como:
• Disminución de la tensión muscular.
• Disminución de la actividad simpática.
• Cambios en la respiración, como el aumento de la intensidad, la disminución de la frecuencia y la regulación del ritmo cardíaco.
• Disminución de la frecuencia e intensidad de los latidos cardíacos.
• Disminución de los índices de ácidos grasos y colesterol.
• Incremento del nivel de leucocito.
Algunas de estas técnicas son: el chequeo al cuerpo o body scan, la técnica de Jacobson, la coherencia cardíaca, ejercicios respiratorios y de movilización articular, movimiento libre con música, entre otros.
Asimismo, es importante recalcar la importancia de la educación terapéutica dentro del tratamiento básico para este tipo de enfermedades. Se ha podido observar gran evidencia en su trabajo mediante grupos focales de discusión, en las que cada paciente cuenta su historia, sus vivencias y experiencias, dando una perspectiva diferente y ayudando, de esta manera a sus compañeras a identificar los distintos factores biológicos, sociales, culturales y psicológicos que agravan la enfermedad, además de facilitar cualquier información con relación a su patología.